Y Bodegas Bandeira se hizo centro comercial por fin! (parte 1)

En cuestión de semanas, otra muestra del pasado industrial -quizá más bien empresarial- de Vigo dejará de ser un inmueble abandonado para cobrar vida y renovarse de cara a su futuro en el siglo XXI. La historia de Bodegas Bandeira es digna de un documental por los difíciles trámites que lo han llevado a donde se encuentra en este momento, al fin, camino de ser un coqueto centro comercial de barrio. En dos capítulos hacemos un seguimiento rápido de su historia y su presente, para mirar luego hacia el futuro, a dos años vista.

HISTORIA

En 1873 Great Estern Telegraph Company -conocida como Cable Inglés- se asienta en Vigo con la misión de ser los instaladores del cableado telegráfico que bajo el mar comunicará distintas partes de Europa. Aquellos ingleses trajeron con ellos hábitos ajenos a los gallegos como tomar cerveza, pero también eran aficionados a los vinos de Oporto -una costumbre muy británica desde finales del siglo XVII-. Fue uno de los motivos por los que el emigrante portugués Antonio Bandeira se animó a abrir un despacho en el centro de Vigo de sus bodegas de Vila Nova de Gaia. La incipiente burguesía local se contagió de la moda foránea y pronto fue una pauta habitual que puso al negocio viento en popa. La historia del éxito continúa con la construcción del edificio de Bodegas Bandeira y sus populares oportos pueblan distinguidos comedores hasta que a mediados de los 80 se apaga la luz. El edificio, que en noviembre de 1990 es declarado bien a conservar, queda abandonado durante toda la década. Una hipoteca pendiente con Caixa Pontevedra por menos de medio millón de euros lo separa de ser adquirido por el concello, primero para palacio de congresos, luego para palacio cultural del Calvario. La asociación vecinal en 1998 cree que la propia caja pontevedresa se puede autoadjudicar el inmueble en la subasta y acabar viéndolo convertido en un centro cultural. La realidad es terca y el inmueble no acabará en manos públicas. En 2001 termina siendo propiedad del promotor local José Manuel Fernández que es el primero que habla decididamente de convertirlo en centro comercial, un uso que permitía sin problemas el plan general.