Ofensiva Mercadona, llegan las aperturas de Vigo, Culleredo y Arteixo

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El número 108 de la Avenida Florida acogió la última apertura esta semana de un Mercadona en Vigo. Cuenta con 1.754,22 metros cuadrados de superficie de venta y 138 plazas de aparcamiento. La inversión en esta última apertura rondó los 4,5 millones de euros y emplea a 42 personas. Se trata de la quinta apertura en el área metropolitana viguesa, tras la también llegada a Porto do Molle (Nigrán) de la popular enseña valenciana durante la primavera. En aquella ocasión, se crearon 30 puestos de trabajo. La inversión fue de 3,5 millones de euros para una superficie comercial de unos 1.700 metros cuadrados y un parking con 200 plazas.

EDIFICIO BANDEIRA

Pero la cosa no quedará ahí. Llegado el verano del próximo año, si no hay más retrasos, llegará una apertura más -será la número seis- de Mercadona en el área viguesa. Las famosas bodegas del barrio del Calvario vivirán una segunda vida de enfoque puramente comercial. La idea es que el centro, que ahora tendrá 7 plantas -baja, primera y segunda con semisótano y tres sótanos- cuente con más de 8.000 metros de superficie comercial para dar cabida a otros operadores, especialmente y cuanto más arriba, de enfoque hostelero. El supermercado de la familia Roig será el ancla y sobre él pivotará el resto de la oferta del nuevo centro Bandeira.

CULLEREDO Y ARTEIXO

Pero la cosa no acabará en 2015 con esa inauguración ya confirmada. Llegará en el último tramo del año la apertura de dos proyectos con distinto nivel de desarrollo. Por un lado el primer supermercado en Culleredo, emplazado en los terrenos de The Style Outlets Coruña, con el que compartirá espacio y tendrá un gran tamaño. El segundo vendrá en función de cómo se resuelvan las licencias de aprovechamiento de suelo para uso comercial en Arteixo, concretamente unas fincas en Sabón al lado de Pescanova. Alli estará el cuarto Mercadona del área metropolitana coruñesa donde el par de aperturas ya citadas se sumarían a los dos que operan en Oleiros. Sumados a los 7 de la capital, estaríamos hablando ya de 11 supermercados.

Y Bodegas Bandeira se hizo centro comercial por fin! (parte 1)

En cuestión de semanas, otra muestra del pasado industrial -quizá más bien empresarial- de Vigo dejará de ser un inmueble abandonado para cobrar vida y renovarse de cara a su futuro en el siglo XXI. La historia de Bodegas Bandeira es digna de un documental por los difíciles trámites que lo han llevado a donde se encuentra en este momento, al fin, camino de ser un coqueto centro comercial de barrio. En dos capítulos hacemos un seguimiento rápido de su historia y su presente, para mirar luego hacia el futuro, a dos años vista.

HISTORIA

En 1873 Great Estern Telegraph Company -conocida como Cable Inglés- se asienta en Vigo con la misión de ser los instaladores del cableado telegráfico que bajo el mar comunicará distintas partes de Europa. Aquellos ingleses trajeron con ellos hábitos ajenos a los gallegos como tomar cerveza, pero también eran aficionados a los vinos de Oporto -una costumbre muy británica desde finales del siglo XVII-. Fue uno de los motivos por los que el emigrante portugués Antonio Bandeira se animó a abrir un despacho en el centro de Vigo de sus bodegas de Vila Nova de Gaia. La incipiente burguesía local se contagió de la moda foránea y pronto fue una pauta habitual que puso al negocio viento en popa. La historia del éxito continúa con la construcción del edificio de Bodegas Bandeira y sus populares oportos pueblan distinguidos comedores hasta que a mediados de los 80 se apaga la luz. El edificio, que en noviembre de 1990 es declarado bien a conservar, queda abandonado durante toda la década. Una hipoteca pendiente con Caixa Pontevedra por menos de medio millón de euros lo separa de ser adquirido por el concello, primero para palacio de congresos, luego para palacio cultural del Calvario. La asociación vecinal en 1998 cree que la propia caja pontevedresa se puede autoadjudicar el inmueble en la subasta y acabar viéndolo convertido en un centro cultural. La realidad es terca y el inmueble no acabará en manos públicas. En 2001 termina siendo propiedad del promotor local José Manuel Fernández que es el primero que habla decididamente de convertirlo en centro comercial, un uso que permitía sin problemas el plan general.