El área metropolitana coruñesa, que cuenta con un Auto King desde junio pasado, verá en diciembre de este año su competencia más clásica -la eterna guerra entre Burger King y McDonalds– prácticamente enfrente. La nave que ocupó en la nacional VI durante años Magefesa hasta su definitivo abandono, está siendo ya desmontada para convertirse en un McAuto de bajo y primera planta con su clásico espacio para aparcamiento, como recogía a finales de octubre esta licencia del Servizo Territorial da Zona Hidrográfica Galicia Norte. Se trata de un establecimiento idéntico al que a finales de 2010 la multinacional americana abrió en A Grela. Con esta apertura, serán ya cuatro los restaurantes rápidos de la cadena en la ciudad.
En Pontevedra la situación es muy similar, aunque históricamente el primer McAuto debería ser el que abriese en el parque comercial de O Bao, los sucesivos retrasos de este proyecto hicieron que el segundo acabe por ser el primero. El restaurante estará en el número 79 de la Avenida de Lugo situado en una parcela de más de 1.000 metros cuadrados anteriormente ocupada por un taller de recambios del automóvil ya abandonado, Serviauto. Como en el caso coruñés, en Pontevedra este primer McDonalds ocupará bajo y primera planta, con una altura máxima de 7,5 metros y una superficie construída de 114 metros.
Al tratarse en ambos casos de construcciones prefabricadas, una vez acondicionado el solar, la construcción del edificio es muy rápida, haciendo posible que ambos restaurantes lleguen a abrir en diciembre.
Y EL CIERRE QUE NO SE PRODUJO
En paralelo a la apertura del McAuto oleirense, se planteó el cierre del restaurante que la compañía norteamericana tiene en el Centro Comercial Los Rosales desde 1996. El espacio, remodelado y adaptado a la nueva imagen de la compañía no hace mucho tiempo, fue inaugurado hace 17 años con motivos que recordaban la catástrofe del petrolero Mar Egeo de finales del 92. Este McDonalds no correrá la misma suerte que el histórico de la calle Real, El motivo de este planteamiento podría estar también la bajada de espectadores que el consumo de cine está sufriendo en todo el país, y en concreto en A Coruña por la competencia de una buena cantidad de salas. Los multicines de Yelmo, abiertos la segunda mitad de los 90, en su momento fueron un rebulsivo modernizador del parque de salas de la ciudad. La capital coruñesa ostenta además el record gallego de butacas en un momento particularmente duro para este tipo de entretenimiento.